La inteligencia

por Juan Antonio Parejo - Firma invitada

Fantasista es el término con el que en Italia denominan al 10, al mediapunta de toda la vida, como Luigi Riva o Luis Suárez, clase a la que también pertenece el protagonista de esta columna: Alessandro del Piero. O más bien su capacidad de pensar… Un 10 siempre ha sido el jugador dedicado al último pase, destacado por su técnica, visión de juego, buen golpeo de balón… siempre por detrás del ariete, enganchando con él. Pero una de las características por la que también destacan es por su inteligencia. Sí, no me he equivocado, también se juega con la cabeza y no solo en los córners…

Pongamos un ejemplo, y vayamos al Juventus-Real Madrid del pasado 21 de octubre, en Turín. Alessandro es titular, por detrás de Amauri. A los cinco minutos, recibe un balón en línea de tres cuartos y avanza. Pero está solo y vienen a por él… Entonces, su cabecita, empieza a procesar información: Amauri está muy lejos y bien cubierto, los interiores no han llegado al ataque, al frente ve a Casillas y la portería sin muchos obstáculos y por detrás cuatro defensas están muy cercanos a él para detenerle, en especial el poderoso Pepe. Luego se analiza a si mismo. Sabe que con sus treinta y tres años, su físico no da para mucho más, y que su punta de velocidad hace tiempo que empezó a desaparecer. Cosa que no ha hecho su pie derecho de seda y su inmaculado talento. Con lo cual, para no malgastar el ataque (su equipo no dispondrá de muchos más), se decide a tirar a puerta, desde una distancia considerable. ¿A dónde colocarla? A donde Casillas no llegue, a la escuadra derecha, la más lejana…Todo este proceso apenas le llevaría un segundo, dos quizás, mientras corría. Y en efecto, fue gol. Golazo.

Pues a eso se le puede llamar inteligencia, a esa capacidad de elegir la opción correcta entre otras cinco en el menor tiempo posible y ejecutarla inmediatamente. Luego es evidente que su gran disparo hizo mucho. Pero es eso lo que diferencia a jugadores únicos como él, u otros, llámense Scholes, Deco, Pirlo o Xavi, esa capacidad de pensar y de decidir. De leer el juego y actuar en consecuencia. Capacidad que no dará balones de oro, pero sí resultados, y goles en este caso. No serían pocos los que en esa circunstancia, con Pepe, Cannavaro, Ramos y Gago persiguiéndole, se perderían en bicicletas y arabescos inútiles, y muchos de esos son los que tienen diez mil vídeos en Youtube y aspiran a ganar esos balones de oro, pero esa es otra historia…

Da igual. El caso es que Alessandro ya tiene una considerable edad, y que cada vez le van quedando menos noche de gloria. El fútbol y la Juve, su Juve, perderán a un jugador único, por sus goles, su técnica, sus regates (como aquellos con los que destrozó a Hierro y a Salgado en otra noche gloriosa de la Vecchia Signora), sus lanzamientos de falta, por su amor incorrompible a un escudo y unos colores… y también, para quien escribe esto, por su capacidad de pensar dentro del campo. Mienten por tanto los que dicen que inteligencia y fútbol son términos antónimos, aunque no sean pocos los jugadores que se empeñen en darles la razón…