sábado, 29 de noviembre de 2008

Futbol inglés porque sí.

Mucho se habla del éxito de la Premier League y su superioridad sobre el resto de ligas europeas. No seré yo el que niegue la intensidad y la pasión de la liga inglesa, si bien su actual campeón no ha pasado de sendos empates contra el Villarreal.

Más allá de ese debate, parece que todos quieren aprovechar el filón de aquel fútbol. Desde la temporada pasada, TVE emite dos partidos de cada jornada de la Premier, quitándole así los derechos a Digital +, que emitía al menos 4 partidos. A partir de entonces , la plataforma de Sogecable ha sufrido una sangría de derechos televisivos. Primero la Premier, luego la Liga de Campeones, que el año que viene gestionarán la Forta y Mediapro, la Bundesliga, la liga francesa… Sólo sobreviven el Calcio y el fútbol argentino, además de los partidos del Fenerbahce y una liga menor como la rusa. Y la liga brasileña, que vio pasar sus mejores años hace bastante tiempo. Mejor no hablaremos de los partidos de las ligas boliviana, ecuatoriana, uruguaya e incluso rumana que a veces se cuelan en su parrilla.

A cambio, Digital + compró los derechos de la F.A. Cup, el torneo más antiguo de Inglaterra y de Europa, vendiéndonosla como el espectáculo del fútbol puro. Esta tarde, doble cita: el Fletwood Town, equipo del noroeste de Inglaterra y en una liga equivalente a la preferente española, se enfrenta al Hartlepool, como si fuese de la 2ª B; y el Leicester contra el Dagenham, con el siempre intenso Sixto Miguel Serrano, uno de los mejores narradores de fútbol del país, poniendo todo su entusiasmo.



Los aficionados del Leicester no parecen muy interesados en la FA Cup, pero por algún motivo desconocido , nosotros debemos estarlo


Y yo me pregunto: ¿alguien en Inglaterra se sentaría a ver un Orihuela-Coslada? Que el fútbol inglés sea la cuna del fútbol está muy bien, pero tampoco es una excusa para que nos metan partidos de una calidad infumable, por mucho corazón que lo pongan, y para arreglar una mala gestión de los derechos de las mejores ligas europeas. “Bacalás”, que diría Maldini.


miércoles, 26 de noviembre de 2008

Otro partido a puerta cerrada…

…para los jugadores del Atlético de Madrid. Mucho se ha hablado de que la motivación no será la misma sin los 55.000 espectadores que hubieran llenado el Vicente Calderón para recibir al PSV. Ningún jugador es indiferente a un ambiente como el de las grandes noches europeas, pero viendo algunas veces a los jugadores atléticos, parece que sí.




La grada no aguanta mediocridad y, sobre todo, la falta de actitud. La pasada temporada fue Cléber, un jugador que no llega a titular indiscutible en el Mallorca, y que los aficionados pitaron como forma de protesta hacia el director deportivo, García Pitarch. Después fue Pernía, que enganchaba partidos calamitosos uno tras otro. Pero a este jugador no se le puede negar su esfuerzo y honradez, más allá de sus evidentes limitaciones técnicas y tácticas, esto último algo que el entrenador tendría que haber solucionado ya después de 3 temporadas. Ese esfuerzo, unido a un buen partido, lo recompensó el aficionado atlético con aplausos. Y es que Pernía está siendo de lo poco salvable del equipo.


El último jugador objeto de las iras de la hinchada es Luis García. Con 30 años, parece haber pasado ya su mejor época. Sólo es titular cuando se lesionan Maxi o Simao, y su actitud en el campo deja que desear. Siempre busca la filigrana y la postura para la foto, con una eficacia ínfima. La afición no le perdona su mal juego y su pobre actitud.


El hecho de que un miembro del equipo sea pitado constantemente parece haberse trasladado al propio vestuario, y este podría haber tomado medidas. No importa si es en casa o fuera, con el estadio lleno o con 2500 aficionados dejándose la voz en Liverpool, ganando, empatando o perdiendo. Tras el pitido final, los 11 jugadores atléticos se marchan al vestuario sin que ni uno sólo agradezca el apoyo a la afición, el único patrimonio, a día de hoy, que la directiva no puede vender (aunque Cerezo no quiera que viajen a Marsella o, incluso, que no se acerquen esta noche a las inmediaciones del Calderón).


Puede parecer una simpleza, pero un simple gesto como unas palmas de los jugadores hacia la grada es mucho para el seguidor, que ve que su esfuerzo ha servido de algo. A los futbolistas no les importa la grada. Pero un equipo sin canteranos y sin un capitán que sienta la camiseta tiene estas cosas. Por ello, los únicos que no estarán tristes por jugar en un campo vació serán ellos.







miércoles, 19 de noviembre de 2008

Hasta luego, 2008

La selección española de fútbol juega hoy su último partido del año. Entre Calderones y Florentinos, se cuelan los campeones de Europa para intentar mantener sus dos años de imbatibilidad ante la joven y prometedora selección de Chile.


Hace un año, estos partidos amistosos en medio de las competiciones ligueras eran criticados por todos. En verdad, no sirven de casi nada, sólo son una manera de exponer a los futbolistas a las lesiones. Pero en España eso ha cambiado. Los partidos de nuestra selección son una vía de escape. En el caso de hoy, un escape en especial para los aficionados madridistas. Todos queremos ver en acción a los jugadores que nos hicieron vibrar en el mes de junio, aunque hoy esté ausente Iniesta. Da igual, le suplirá Riera, que está rindiendo a un nivel aceptable en el Liverpool. Torres, Villa, Senna, Cesc… pero el motor de nuestro equipo es Xavi, al que da gusto ver manejar el juego y el tempo de los partidos. Muy afortunados son los seguidores del F.C. Barcelona de tener a este jugador ( y al resto de su gran plantilla, por supuesto).



El siguiente partido será en Febrero contra Inglaterra. Del Bosque, en la anterior concentración, dijo que tiraría del grupo que ganó la Euro hasta concretar la clasificación. Una vez conseguido, parece que próximamente introducirá un toque “personal”. Espero y deseo que no toque demasiado. Al seleccionador parece que le molesta que le recuerden que España ganó la Eurocopa con unos determinados jugadores y con un determinado seleccionador. ¿Qué esperaba? Es el éxito más grande del fútbol español en 44 años, pero Del Bosque insiste en que no hay que recordar el pasado. Ese pasado es un mes de buen fútbol que nuestros jugadores y ex seleccionador regalaron a todo el mundo.



El actual preparador debería haberse acostumbrado ya a las comparaciones con Luis Aragonés, recordemos, el hasta ahora mejor seleccionador de la historia. Del Bosque debe empezar por no tocar lo que funciona, seguir apostando por los jugones y experimentar lo mínimo: Capel no pega en el equipo, y no creo que Negredo y los Llorentes sean, ni mucho menos, mejores que Güiza. Y, por supuesto, llegar al menos a la final de la Copa Confederaciones y hacer un buen papel (léase pasar de cuartos) en el próximo mundial. El listón, aunque parezca que le pese, está muy alto. Suerte para él, ya que la suya será la de todos.


El fútbol de selecciones abandona 2008, pero será un hasta luego en el caso español, ya que siempre recurriremos a él para ilustrar el mejor año del combinado nacional. Al menos, hasta que Del Bosque nos lleve a lo más alto, como ya hizo Aragonés.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Vivencias en Liverpool

El partido del martes contra el Liverpool era algo más que un simple encuentro de fútbol. Para la afición del Atlético de Madrid, era el retorno a un gran estadio de Europa, y qué mejor que Anfield Road para desplazarse en masa y vivir un día en la ciudad de Los Beatles.
Se dará cuenta de este detalle nada más pisar suelo firme. El aeropuerto tiene como nombre “John Lennon”, y nada más salir de él, un “yellow submarine” como bienvenida.




Allí esperaban los autocares, diferentes según el viaje contratado: los del Corte Ingles, imponentes y limpitos. Los de la Agrupación de peñas, viejos y destartalados.





No hay mucho que ver en Liverpool, esa es la verdad. Visita obligada, ya que estamos en un viaje futbolístico, es Goodison Park, el templo sagrado del Everton, el club de la gente, como se lee en su fachada. Allí puedes entrar pidiéndole amablemente a algún empleado si puedes echar una foto al campo. Él sólo te pondrá un límite: no pises el césped. A partir de ahí, haz fotos desde donde quieras: arriba de un fondo, desde la tribuna… el lema del estadio hace honor a ese club. Goodison, como Anfield, es un estadio viejo. Sus asientos no están hechos para personas de más de 1.80 y aún se conservan sillas de lo más rústicas. Pero el olor a césped y la atmósfera de un estadio inglés compensan cualquier incomodidad.





De ahí al centro en autobús, por 1,60 libras. La tienda oficial del Liverpool estaba arrasada, y las calles vestidas por las bufandas rojiblancas. Mathew Street y su The Cavern es el punto neurálgico de los turistas. De ahí a Albert Docks a ver el río Mersey, tan grande como sucio. Allí nos encontramos con Roberto Solozábal, baluarte del Atlético del doblete y con quien no se ha hecho justicia, ni por parte de la directiva ( no sorprende) ni por parte de la afición, que sigue coreando al Cholo Simeone y se olvida de un auténtico rojiblanco como Solozábal.

La verdad que el rollo Beatles-Liverpool F.C. llega a resultar cargante. Las caras de Lennon, McCartney, Harrison y Starr están en cualquier cartel de la ciudad junto a un escudito del Liverpool.

Los aficionados de los reds acogieron amablemente a los atléticos. A cada español con su bandera y su bufanda atlética, los Scousers que pasaban con su coche apretaban sus claxon , y algunos viandantes llegaban a pronunciar un “Athlechicou” en señal de ánimo. El ambiente de confraternidad era inmejorable. En los pubs cercanos a Anfield, aficionados de ambos equipos se mezclaban e intercambiaban sus opiniones sobre Torres y las pòsibilidades del Liverpool en la Premier. Eso los que sabían inglés, los que no, sólo necesitaban una pinta en la mano para demostrar esa hermandad surgida desde el partido del Calderón.

Un buen rollito que llegó a ser excesivo y hasta repelente. Está bien que las aficiones convivan en armonía y se evite la violencia, pero que los atléticos griten “Liverpool! Liverpool!” cuando acaban de ser robados por un árbitro no lo llego a comprender. Es Anfield, es la histórica afición del Liverpool… pero esa es la histórica afición del Atlético de Madrid, que no es cualquier cosa.


Anfield Road es un estadio peculiar. Las puertas de acceso son minúsculas, y los modernos tornos de los estadios de nuestra liga son aquí puertas accionadas manualmente por el taquillero. Ya desde los vomitorios se acerca el olor a hierba, y ver el estadio vacío impresiona. Como impresiona aún más verlo lleno. Pero, tengo que reconocer algo: creía que el You´ll never walk alone se escucharía más fuerte, que los aficionados taparían la música de la megafonía. Pero no fue así. Y Anfield aprieta, pero… un partido grande en el Calderón, como fue el del Shcalke 04 en Agosto, con todo el estadio entregado, no tiene nada que envidiarle a la afición del Liverpool. Y me quedo corto, aun siendo Anfield espectacular.



El partido no pintaba bien desde la grada, quizá porque el aficionado que hace el esfuerzo por estar allí, quiere ver a su equipo atacar sin complejos. Pero fue un partido serio del Atlético, que no se arrugó aunque jugase a defenderse de los zarpazos (mas bien caricias9) de los ‘Reds’ para salir a la contra. El Liverpool tuvo más el balón, pero no hizo más ocasiones claras que el Atlético, al que no pitaron dos penaltis a favor, y al que le pitaron uno inexistente en contra. En el Calderón, Keane marcó en fuera de juego, y a Maniche le anularon un gol legal. Poco más que añadir a este respecto. Bueno sí, las declaraciones de Luis García tras el partido: "¡Puaj! ¿Para qué voy a hablar si sólo he jugado tres minutos?" Mejor que no hable tampoco de su nula aportación al equipo en estos dos últimos años.


La vuelta a casa, caótica y decepcionante con parte de la afición del Atlético, que volvía al aeropuerto satisfecha con el punto conseguido. ¿Cómo esperar que alguien levante la voz por 12 años sin ganar nada, si se conforman con un empate de penalti injusto en el 94’? Caótica por la nula organización, al llegar los 2500 aficionados a la vez al aeropuerto, y por la organización del aeropuerto, que nos tuvo 2 horas de pie esperando al control de seguridad.


Detalles aparte, mereció la pena la experiencia. Aunque siempre será más cómodo y más barato ver los partidos en casa con una birrita en la mano, pero no tan espectacular.


domingo, 2 de noviembre de 2008

El método Wenger

por Juan Antonio Parejo - Firma Invitada

Si usted, lector, además de amante de las casas de apuestas es sensato, no apostará ni medio euro por el Arsenal para la presente edición de la Champions. Apueste por el Inter o el Chelsea por ejemplo. Muy probablemente, tampoco gane la liga. Para los resultadistas o amantes del arte capelliano de ganar como sea con grandes dosis de aburrimiento, pierna fuerte, músculo y alguna aparición mariana, este equipo será el perfecto perdedor. Romántico, encantador , pero condenado a no ganar. Razón tampoco les faltará. Pero si Wenger y su equipo tiene tantos seguidores es por algo que va más allá de los números…


Uno cuando piensa en el fútbol desde pequeño lo imagina lleno de goles y regates imposibles, de pases, control, movimiento y velocidad. Piensa en la escuela de Cruyff creada en Holanda, en el Ajax y en el Barça, en el Milán de Sacchi, en la (¿por qué no?) España de la última Eurocopa…y en el Arsenal de Wenger, desde los tiempos de Bergkamp hasta los de ahora de Fábregas. Porque siempre proponen el mismo estilo, rápido, atrevido, vistoso, vertical. Utiliza el contraataque sólo como consecuencia del ataque y no como fin del juego, rechaza el tradicional patadón inglés. Todo muy estético, para lo que ha contado con jugadores como Pirés, Overmars, Bergkamp, Ljunberg, y por encima de todos ellos, el gran Thierry Henry, delantero único por sus condiciones técnicas y por su velocidad, así como por su elegancia y gran disparo. Sí, se trata del mismo delantero que ahora se arrastra por la banda izquierda del Camp Nou. Para hacer frente a los nuevos tiempos cuenta con algunos jugadores interesantes como Van Persie, Nasri ,Adebayor y en especial Fábregas, la extensión de la mano de Wenger sobre el césped, la representación de su idea de este juego : técnico, dinámico, constante, veloz…


El problema de este equipo es que por culpa de su “espíritu de Peter Pan”, por su romanticismo y muchas veces la ingenuidad de su juego, rivales más ásperos y más graníticos, le pasarán la mano por la cara. Una buena muestra de ello es el plomizo Liverpool del año pasado, que le eliminó a pesar de jugar infinitamente peor, pero contra la fina esgrima de los gunners, peleó con fusiles y tanques, rehusando el duelo de caballeros de Wegner por una pelea barriobajera de navajas y bates de béisbol. En once temporadas, apenas ha ganado tres ligas, y en Europa casi siempre ha fracasado, aunque todavía hoy los culés se acordarán de todo lo que sufrieron aquella noche de mayo de 2006 y lo rápido que corría el reloj…


Pero más allá de todo esto, el Arsenal hoy es un equipo reconocible en todo el mundo, con unas señas de identidad siempre reconocibles, ya juegue contra el Real Madrid o el Stoke City. Quizás esta sea su mayor reconocimiento, que todos, con algunos rivales incluidos, intentemos no perdernos ni un solo partido suyo. Hace no mucho, Santiago Hernán Solari decía que la mayor victoria de Wenger era que todos los futbolistas del mundo “desearían jugar para él”. Pues sí, puede que ese sea un triunfo más importante que tantos muchos otros.


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