Jonás, el goleador tardío

No pintaban bien las cosas para el Valencia en su partido de ayer. El Athletic se adelantaba en el marcador con otro gol de Fernando Llorente, acercándose a una distancia de los puestos Champions que no se recordaba por la ría de Bilbao desde hacía demasiado tiempo. San Mamés apretaba y los leones parecían comerse la versión del Valencia que acostumbramos a ver fuera de casa: la que aguanta los envites locales e intenta aprovechar alguna ocasión que pueda presentarse.

Poco a poco el Valencia crecía en la misma proporción que el Athletic se difuminaba. El resultado no se movía mediado el segundo período, por lo que Emery decidió actuar y dar entrada a Jonás Gonçalves, el delantero brasileño firmado en el mes de enero y que previamente apenas había contado con diez minutos. De esta forma, Unai introducía un delantero referente que pudiera aprovechar la movilidad de los Mata, Joaquín y Soldado. Precisamente Mata empataba el partido a falta de 20 minutos. El partido encaraba sin remedio su recta final, momento donde el Valencia suele moverse como pez en el agua. Y anoche sólo caía líquido elemento sobre San Mamés. 

Movido por la inercia más que por cualquier otra ambición especial, el equipo ayer vestido de naranja fue a por el partido. Emery, clave con sus cambios, daba entrada a Tino Costa, uno de los fichajes más rentables de la liga española en años. Sólo cuatro minutos después, disparaba uno de sus típicos misiles desde fuera del área. Iraizoz, exigido por el “pepinazo” del argentino, por la incesante lluvia y por un traicionero bote casi en sus narices, no podía atajar el balón. Por allí andaba Jonás, en su sitio, cerca del área pequeña, para aprovechar el rechazo y empujar el balón a las redes. Gol de '9' puro. Jonás, procedente del paradisíaco verano brasilero, encontró rápidamente su hábitat entre el desagradable temporal bilbaíno.

Un delantero de éxito tardío, al que la fama entre el gran público le ha llegado con casi 27 años. Sus primeras actuaciones en el Guaraní le valieron un traspaso al Santos, donde anotó cinco goles en seis partidos. Entonces, una grave lesión de rodilla mermó su progresión y no volvió a ser relevante en el equipo blanquinegro. Fue traspasado al Grémio, donde vivió dos etapas separadas por una cesión a la Portuguesa en 2008. En la primera fue el delantero titular del equipo, pero sus actuaciones no fueron lo suficientemente buenas como para ganarse un puesto en la temporada siguiente.

La cesión a la Portuguesa le sirvió para reencontrarse asiduamente con el gol, y para volver a ser el delantero titular de Grémio en 2009. Aquel año, a pesar de registrar una buena marca goleadora, se le dedicó un hueco en nuestra prensa gracias a una desafortunada actuación en la Copa Libertadores. El Mundo Deportivo le dedicó esta pieza tras varios goles fallados frente al equipo colombiano del Boyacá Chicó. Pese a las críticas, también latentes en su país, Jonás siguió goleando hasta convertirse en el mejor delantero del Brasileirao en 2010 con 24 tantos. 

Por apenas 1.2 millones el Valencia se ha hecho con un buen recambio de Soldado y Adúriz, un ariete que no sobresale especialmente en ninguna faceta técnica, pero que garantiza gol gracias a su colocación, experiencia y buen remate. En Valencia ya comienzan a conocerle.

El mes más largo para Pep

El FC Barcelona y su entrenador, Pep Guardiola, han firmado hoy el nuevo contrato que les unirá hasta el final de la próxima campaña. El de Sampedor tendrá la responsabilidad de configurar y entrenar a la primera plantilla culé por cuarta temporada seguida, un reto que año a año es más complicado de asumir. Cada temporada es mejor que la anterior: el primer año fue el triplete, el segundo las Supercopas, el Mundialito y el récord de puntos en la Liga, y en el tercero casi todos coinciden en que el nivel de juego exhibido supera al de los años anteriores, a la espera de llegar a las fechas clave para conseguir los títulos. Por el momento, no le van mal las cosas al Barça: finalista en Copa, superando así la actuación del año pasado, y más puntos, más goles a favor y menos en contra en Liga que en la misma jornada de la temporada anterior.

Guardiola, en tan sólo dos años y medio, ha hecho historia en el Barcelona. Tras sus dos primeros partidos en primera, con derrota en Numancia y empate ante el Racing, muchos apostaban sobre si Pep se comería el turrón en las Navidades de 2008. Hoy en día nadie imagina un Barcelona sin él en el banquillo. Pero desde que se hizo cargo del equipo, en cada temporada, sin excepción, llega una época en la que los culés siempre tienen un pequeño bache. Febrero, el mes con menos días, se les hace eterno.

Lo que se entiende como “bache” en el Barcelona no pasaría de “un par” de malos resultados en cualqueir otro equipo. Pero es tal la superioridad a la que nos tienen acostumbrados, que extraña que siempre sea en Febrero cuando se den las peores rachas. En la temporada 2008/2009, el Barça inciaba el segundo mes del año con una media de victorias del 83,5% entre septiembre y enero, mes en el que cosechó 7 victorias de 8 partidos. Pero llegó el “maldito” febrero, y de seis partidos jugados, los de Guardiola ganaron tres. Un 50% frente al 87,5% del mes anterior. 

Aquel año, la mala racha se amplió en las dos primeras fechas de marzo, con una derrota contra el Atlético de Madrid y un empate con el Mallorca en Copa. Pero tan cierto es que el Barça flaquea en febrero como que funciona como un tiro en los tres últimos meses. Tras aquella derrota con el Atlético de Madrid, una serie de ocho victorias y dos empates, con el 2-6 incluido, le sirvieron para hacerse con la Liga a falta de tres partidos, además de la Copa del Rey contra el Athletic y la Champions contra el Manchester United. 

La 2009/2010 tampoco fue una excepción, y la plantilla que acabaría batiendo el récord de puntos de un campeón de Liga también bajaría el pistón. Un 60% de victorias en febrero frente a casi un 75% de media en los cinco meses anteriores. Y también como el año anterior, un sufrido empate en la ida de octavos de final de la Champions.

Y llegamos al actual mes de febrero, en el que el pequeño bajón se ha traducido en un empate en Gijón y una derrota contra el Arsenal en Champions. Pero quizá lo peor de este caso no han sido los resultados, ya que ese empate aún permite al Barça conservar una ventaja de cinco puntos sobre el Madrid, y la derrota en Londres se enmarca dentro de un partido en el que los de Guardiola podían haber sentenciado la eliminatoria, si Messi hubiese estado lo certero que suele estar ante la portería rival. Lo peor son las lesiones sufridas. Primero fue Puyol, cuya baja ha hecho disminuir el rendimiento de la línea defensiva, con un Piqué desorientado sin la compañía del veterano central. Después Víctor Valdés, bien suplido por Pinto contra el Athletic de Bilbao, pero cuya presencia bajo los tres palos siempre ha sido determinante para los culés. Y el último ha sido Xavi, que previsiblemente se perderá los dos próximos partidos. Keita, Mascherano o Afellay, descartando la apuesta por Thiago, son suplentes de garantías para cualquier jugador, pero no para Xavi, jugador con una influencia total en el juego del equipo.

De cualquier modo, esta pequeña cuesta de Febrero siempre ha resultado anecdótica gracias al extraordinario rendimiento del Barcelona en los dos o tres últimos meses de competición. Como cualquier equipo humano, éste también debe tener altibajos en su funcionamiento, aunque sólo les dure 20 días en 10 meses de competición.

Una piedra llamada 'octavos de final'

“Es un equipazo; en Europa no veo mejor equipo que él”. De esta manera elogiaba anoche Pep Guardiola al Real Madrid, que mañana comienza su particular batalla por pasar la ronda de octavos de final de la Liga de Campeones, algo que no hace desde la temporada 2003/2004. Un hecho que ha provocado, por ejemplo, que el equipo más laureado del Viejo Continente no parta como cabeza de serie en el sorteo de la fase de grupos, y que ha menoscabado su prestigio y su capacidad para atemorizar a sus rivales. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y el Madrid ya ha tropezado demasiadas veces con la ronda de octavos. Da igual el rival: Juventus, Arsenal, Bayern de Múnich, Roma, Liverpool y Olympique de Lyon ya han dado cuenta del equipo merengue. Y los franceses, los últimos en hacerlo, quieren repetir.

Sin embargo, el actual Real Madrid que entrena José Mourinho parece emitir señales diferentes a las de años anteriores, aunque no es menos cierto que el “este año sí pasamos” se viene repitiendo en las últimas temporadas con idéntico resultado. Sin duda, el Real cuenta con una plantilla mucho más potenciada que en otras ocasiones, con un recorrido en Liga sólo frenado, y de qué forma, por el F.C. Barcelona, al que también se enfrentará en la final de la Copa del Rey, algo que tampoco conseguía desde hace siete años. De hecho, en todos los años en que ha sido eliminado de octavos en la Liga de Campeones, el recorrido del Madrid en el torneo del K.O. se ha caracterizado por la mediocridad, y 'sólo' en dos de esas temporadas (2006-2007 y 2007-2008) se hizo con algún título, en ambos casos la Liga española. Ni el cambio constante de entrenadores ni de jugadores han conseguido eliminar la china en el zapato en la que se ha convertido esta fase de la temporada.

Quitando al F.C. Barcelona, ninguna plantilla europea está a la altura de la del actual Real Madrid. Eso debería servir como aval para afrontar la eliminatoria, al menos, sin los miedos de años anteriores. Pero al hecho de haber convertido los 1/8 en una especie de maldición, se le añade el agravante que supone enfrentarse al último equipo en eliminarles. Como el año pasado, el Olympique de Lyon llega a pri ori como convidado de piedra, muy por debajo del nivel de los blancos. Todavía más tras la lesión de Lisandro López, y con un Gourcuff que no termina de cumplir las expectativas creadas en torno a él.

Pero el año pasado, tras un inesperado 1-0 en Gerland que todo el madridismo esperaba remontar, algo encendió la mecha de los jugadores franceses. Unas declaraciones de Sergio Ramos, donde decía “Ganaremos 3-0”, sirvieron de revulsivo a un equipo que, tras una primera parte en la que el Madrid perdonó, salío a morder en los segundos 45 minutos. Dicen que el propio entrenador de los galos, Claude Puel, sacó a relucir la frase de Ramos en el descanso. No pudo tener mejor efecto, y Pjanic anotaba en el 75' el gol que dejaba fuera al Madrid y que sentenciaba, de forma definitiva, a Manuel Pellegrini.

Los franceses siguen sin olvidar: “el año pasado hubo mensajes en Madrid que nos tocaron el orgullo. Creo que nos faltaron un poco al respeto y que hay hablar sobre el campo”, dice el central brasileño Cris. Mourinho, el remedio contra las enfermedades llamadas Barça y octavos de final, tira de los libros de historia: “Somos el Madrid, campeón de de campeones en Europa". Su antídoto no ha funcionado, por lo menos la primera vez, contra el Barcelona. Florentino y los aficionados blancos esperan que la fórmula Mou sí haga efecto en Europa.

LFP, con licencia para amenazar

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) amenaza con parar la competición el fin de semana del 2 y el 3 de abril, cuando se celebra la trigésima jornada. La patronal de los 42 clubes profesionales españoles exige la eliminación del punto de la Ley 21/1997, de 3 de julio, reguladora de las Emisiones y Retransmisiones de Competiciones y Acontecimientos Deportivos, más conocida como “Ley Cascos”, que obliga a la retransmisión en abierto de al menos un partido de las competiciones de liga y copa. Argumentan que esta disposición provoca un grave perjuicio económico a los clubes, los cuales podrían beneficiarse de unos ingresos extra de 100 millones al año si ese único partido sólo se emitiera en alguna modalidad de pago por visión.

De esta forma, la LFP insta al Gobierno español a acceder a sus peticiones, lo que a éste le supondría tomar una medida antipopular (otra más) a escasas semanas de la celebración de las elecciones municipales.En diciembre, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) planteaba un parón de la competición por motivos más fundamentados que los que ahora esgrime la LFP. Entonces, ésta decía que la huelga podía suponer pérdidas de entre 18 y 20 millones de euros, algo que no parece preocuparles en su postura actual. 

 

A los mandamases de la que llaman en un ataque de chovinismo “la mejor liga del mundo”, no se les caen los anillos a la hora de exigir algo a un Estado al que deben más de 600 millones de euros, en concepto de pagos a la Hacienda Pública. Ésta, en lugar de perseguir a sus acreedores como hace con cualquier español medio, les da la oportunidad a los clubes de pagar su deuda en unas condiciones muy cómodas, tanto que no les ha impidedo, por ejemplo, haber gastado 32 millones de euros en el último período de fichajes. Defienden los entendidos del deporte profesional que son las televisiones quienes sostienen el negocio. Decir que quien lo sostiene es el Estado no sería una afirmación descabellada.

Los clubes explican que si se elimina el partido en abierto de los sábados, la deuda con Hacienda se pagaría en un corto período de tiempo. En 1992 se dijo que la deuda de los clubes deportivos se controlaría y reduciría al convertirse éstos en Sociedades Anónimas Deportivas. Hoy, su deuda total es casi 20 veces mayor. También dijeron no hace mucho que fijar un partido de liga los lunes por la noche reportaría importantes beneficios. Casi un año después de ello, el partido de los lunes se caracteriza por la mínima afluencia a los estadios, su mínima audiencia y su nula cobertura en los medios de comunicación deportivos.

La liga española es la única de las importantes de Europa en donde se emite uno de sus partidos en abierto. Es posible que su eliminación beneficiará a la recaudación por derechos de televisión. Pero a diferencia de las otras ligas, el aumento de esa recaudación no servirá para hacer el producto más atractivo y emocionante, sino para pagar los astronómicos contratos de Real Madrid y F.C. Barcelona y ayudar así perpetuar el duopolio al que está condenada la competición. Por no hablar del producto televisivo: realizaciones a años luz de las que llevan a cabo los operadores británicos, alemanes o franceses, horarios intempestivos, desigualdad en el tratamiento de las informaciones según los equipos...

No es el perjuicio a la población lo que se discute. El partido en abierto de los sábados cada vez registra audiencias más modestas, debido en parte al impresentable horario en el que son fijados, y en parte a la talla de los partidos que son elegidos cada semana. Lo que se discute es la catadura moral de unas personas que tiran por el sumidero cientos de millones de euros cada año, y que se creen con la capacidad de chantajear a quien les sostiene su chiringuito. Gente como el presidente de la LFP, José Luis Astiazarán,  que ya mostró sus dotes de gestor dejando en su día a la Real Sociedad en la ruina económica Los mismos que hace un par de años defendían la emisión de hasta seis partidos en abierto, hoy ven en el cierre del único que sobrevive su tabla de salvación. “¡Viva el fútbol gratis!”, exclamaban, “Queremos fútbol gratis en televisión”, insistían.

Veremos, con el paso del tiempo, si un país sin tradición de pagar por ver la televisión pasa por el aro del fútbol. Si pasan los gobiernos...

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Hoy se ha despedido uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol. Ronaldo ha anunciado entre lágrimas hoy su retirada de los terrenos de juego. Las mismas lágrimas que nos sobrecogían cada vez que sus rodillas no podían soportar la potencia de éste prodigio de la naturaleza. Dedicarle un post a una figura de tal calibre hubiera sido demasiado presuntuoso: todos sabemos lo que ha sido y lo que ha hecho por el fútbol. Até sempre, Ronaldo!