lunes, 21 de febrero de 2011

Una piedra llamada 'octavos de final'

“Es un equipazo; en Europa no veo mejor equipo que él”. De esta manera elogiaba anoche Pep Guardiola al Real Madrid, que mañana comienza su particular batalla por pasar la ronda de octavos de final de la Liga de Campeones, algo que no hace desde la temporada 2003/2004. Un hecho que ha provocado, por ejemplo, que el equipo más laureado del Viejo Continente no parta como cabeza de serie en el sorteo de la fase de grupos, y que ha menoscabado su prestigio y su capacidad para atemorizar a sus rivales. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y el Madrid ya ha tropezado demasiadas veces con la ronda de octavos. Da igual el rival: Juventus, Arsenal, Bayern de Múnich, Roma, Liverpool y Olympique de Lyon ya han dado cuenta del equipo merengue. Y los franceses, los últimos en hacerlo, quieren repetir.



Sin embargo, el actual Real Madrid que entrena José Mourinho parece emitir señales diferentes a las de años anteriores, aunque no es menos cierto que el “este año sí pasamos” se viene repitiendo en las últimas temporadas con idéntico resultado. Sin duda, el Real cuenta con una plantilla mucho más potenciada que en otras ocasiones, con un recorrido en Liga sólo frenado, y de qué forma, por el F.C. Barcelona, al que también se enfrentará en la final de la Copa del Rey, algo que tampoco conseguía desde hace siete años. De hecho, en todos los años en que ha sido eliminado de octavos en la Liga de Campeones, el recorrido del Madrid en el torneo del K.O. se ha caracterizado por la mediocridad, y 'sólo' en dos de esas temporadas (2006-2007 y 2007-2008) se hizo con algún título, en ambos casos la Liga española. Ni el cambio constante de entrenadores ni de jugadores han conseguido eliminar la china en el zapato en la que se ha convertido esta fase de la temporada.

Quitando al F.C. Barcelona, ninguna plantilla europea está a la altura de la del actual Real Madrid. Eso debería servir como aval para afrontar la eliminatoria, al menos, sin los miedos de años anteriores. Pero al hecho de haber convertido los 1/8 en una especie de maldición, se le añade el agravante que supone enfrentarse al último equipo en eliminarles. Como el año pasado, el Olympique de Lyon llega a pri ori como convidado de piedra, muy por debajo del nivel de los blancos. Todavía más tras la lesión de Lisandro López, y con un Gourcuff que no termina de cumplir las expectativas creadas en torno a él.

Pero el año pasado, tras un inesperado 1-0 en Gerland que todo el madridismo esperaba remontar, algo encendió la mecha de los jugadores franceses. Unas declaraciones de Sergio Ramos, donde decía “Ganaremos 3-0”, sirvieron de revulsivo a un equipo que, tras una primera parte en la que el Madrid perdonó, salío a morder en los segundos 45 minutos. Dicen que el propio entrenador de los galos, Claude Puel, sacó a relucir la frase de Ramos en el descanso. No pudo tener mejor efecto, y Pjanic anotaba en el 75' el gol que dejaba fuera al Madrid y que sentenciaba, de forma definitiva, a Manuel Pellegrini.


Los franceses siguen sin olvidar: “el año pasado hubo mensajes en Madrid que nos tocaron el orgullo. Creo que nos faltaron un poco al respeto y que hay hablar sobre el campo”, dice el central brasileño Cris. Mourinho, el remedio contra las enfermedades llamadas Barça y octavos de final, tira de los libros de historia: “Somos el Madrid, campeón de de campeones en Europa". Su antídoto no ha funcionado, por lo menos la primera vez, contra el Barcelona. Florentino y los aficionados blancos esperan que la fórmula Mou sí haga efecto en Europa.

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