El mes más largo para Pep

El FC Barcelona y su entrenador, Pep Guardiola, han firmado hoy el nuevo contrato que les unirá hasta el final de la próxima campaña. El de Sampedor tendrá la responsabilidad de configurar y entrenar a la primera plantilla culé por cuarta temporada seguida, un reto que año a año es más complicado de asumir. Cada temporada es mejor que la anterior: el primer año fue el triplete, el segundo las Supercopas, el Mundialito y el récord de puntos en la Liga, y en el tercero casi todos coinciden en que el nivel de juego exhibido supera al de los años anteriores, a la espera de llegar a las fechas clave para conseguir los títulos. Por el momento, no le van mal las cosas al Barça: finalista en Copa, superando así la actuación del año pasado, y más puntos, más goles a favor y menos en contra en Liga que en la misma jornada de la temporada anterior.

Guardiola, en tan sólo dos años y medio, ha hecho historia en el Barcelona. Tras sus dos primeros partidos en primera, con derrota en Numancia y empate ante el Racing, muchos apostaban sobre si Pep se comería el turrón en las Navidades de 2008. Hoy en día nadie imagina un Barcelona sin él en el banquillo. Pero desde que se hizo cargo del equipo, en cada temporada, sin excepción, llega una época en la que los culés siempre tienen un pequeño bache. Febrero, el mes con menos días, se les hace eterno.

Lo que se entiende como “bache” en el Barcelona no pasaría de “un par” de malos resultados en cualqueir otro equipo. Pero es tal la superioridad a la que nos tienen acostumbrados, que extraña que siempre sea en Febrero cuando se den las peores rachas. En la temporada 2008/2009, el Barça inciaba el segundo mes del año con una media de victorias del 83,5% entre septiembre y enero, mes en el que cosechó 7 victorias de 8 partidos. Pero llegó el “maldito” febrero, y de seis partidos jugados, los de Guardiola ganaron tres. Un 50% frente al 87,5% del mes anterior. 

Aquel año, la mala racha se amplió en las dos primeras fechas de marzo, con una derrota contra el Atlético de Madrid y un empate con el Mallorca en Copa. Pero tan cierto es que el Barça flaquea en febrero como que funciona como un tiro en los tres últimos meses. Tras aquella derrota con el Atlético de Madrid, una serie de ocho victorias y dos empates, con el 2-6 incluido, le sirvieron para hacerse con la Liga a falta de tres partidos, además de la Copa del Rey contra el Athletic y la Champions contra el Manchester United. 

La 2009/2010 tampoco fue una excepción, y la plantilla que acabaría batiendo el récord de puntos de un campeón de Liga también bajaría el pistón. Un 60% de victorias en febrero frente a casi un 75% de media en los cinco meses anteriores. Y también como el año anterior, un sufrido empate en la ida de octavos de final de la Champions.

Y llegamos al actual mes de febrero, en el que el pequeño bajón se ha traducido en un empate en Gijón y una derrota contra el Arsenal en Champions. Pero quizá lo peor de este caso no han sido los resultados, ya que ese empate aún permite al Barça conservar una ventaja de cinco puntos sobre el Madrid, y la derrota en Londres se enmarca dentro de un partido en el que los de Guardiola podían haber sentenciado la eliminatoria, si Messi hubiese estado lo certero que suele estar ante la portería rival. Lo peor son las lesiones sufridas. Primero fue Puyol, cuya baja ha hecho disminuir el rendimiento de la línea defensiva, con un Piqué desorientado sin la compañía del veterano central. Después Víctor Valdés, bien suplido por Pinto contra el Athletic de Bilbao, pero cuya presencia bajo los tres palos siempre ha sido determinante para los culés. Y el último ha sido Xavi, que previsiblemente se perderá los dos próximos partidos. Keita, Mascherano o Afellay, descartando la apuesta por Thiago, son suplentes de garantías para cualquier jugador, pero no para Xavi, jugador con una influencia total en el juego del equipo.

De cualquier modo, esta pequeña cuesta de Febrero siempre ha resultado anecdótica gracias al extraordinario rendimiento del Barcelona en los dos o tres últimos meses de competición. Como cualquier equipo humano, éste también debe tener altibajos en su funcionamiento, aunque sólo les dure 20 días en 10 meses de competición.