PATOCHADA A LA FRANCESA

La UEFA ha escrito hoy una de sus páginas más negras. Todos, más o menos sabíamos que estos organismos no son más que un conglomerado de intereses y amiguismos, como demostró la FIFA con el asunto de las elecciones a la Federación Española y sus amenazas al Gobierno Español.

Michel Platini se presentó como alguien que limpiaría el organismo europeo, pero no es más que un sonaja más dentro del mundo del fútbol. No se le veía muy contento cuando España ganaba la Eurocopa de naciones, como no se les ve muy contentos a sus compatriotas cuando nuestros deportistas ganan todas sus “grandes” competiciones, y ellos no pasan de tener selecciones y deportistas mediocres.

Se puede hablar de un escándalo en toda regla. Hace unos días, la RFEF sancionaba al Espanyol con 3.000 euros porque los radicales del Barcelona tiraron bengalas a la gente durante el partido. Aquí, los aficionados rivales se lían a palos con la policía, antes del partido, y se sanciona al Atlético de Madrid con 2 partidos de sanción, más otro posible, y 125.000 euros. Escandaloso.

La UEFA utiliza informes del Olympique. ¿Para qué valen los delegados y el árbitro? ¿Para qué valen sus informes? Da asco esta confabulación francesa, que no sólo atenta contra el Atlético de Madrid, sino contra todo el fútbol español, incluso contra la Policía. Un tal William Gaillard, otro sonaja, tiene los santísimos de criticar a la Policía española. Que se pongan él y Platini a controlar a sus amigos ultras franceses.

Porque esto no hace mas que justificar a los Ultras, Ahora, todos los radicales podrán ir a otro estadio y destrozarlo con la tranquilidad de que no les va a pasar nada. Pero, ¿quién es la UEFA para juzgar algo y perjudicar a 55 mil personas? Si el Atlético acudiese a la justicia ordinaria, tendría todas las de ganar. Pero con la UEFA, a partir de ahora los “amigos de los ultras”, no hay lugar a otra sentencia, aunque Zapatero se presente en Zurich.

Hablan de gritos racistas. Quien escribe estuvo en el fondo sur del Vicente Calderón, y no hubo ningún cántico racista. No lo digo por corporativismo. Lo único que hubo fueron abucheos a un jugador que realizó una entrada criminal a Agüero, que, casualmente era de color.

¿Y qué va a ser de los aficionados? ¿Quién compensa a los que adquirieron las entradas y los abonos totales? ¿Por qué Miguel Angel Gil no da la cara ni en esta situación, y por qué Cerezo no defiende en sus declaraciones a la afición? Porque el fútbol es para la gente. Pero para los tres sonajas de turno, el fútbol es su coto privado. Ah, y el de los ultras franceses.

Gaillard, Platini y Diouf

A partir de ahora, Platini, Gaillard y Pape Diouf, presidente de Olympique, quien ha justificado una futura agresión a aficionados atléticos en Marsella, se convierten en los defensores de los radicales, de los violentos. Son tres Ultras más, tres franceses unidos contra el fútbol en general, como hacen todos los radicales. Esto no hace más que demostrar una cosa: los que controlan el fútbol dan ASCO.