Real Mallorca: reinvención constante

Cierto que tan solo se han disputado 20 jornadas de liga. Cierto que la mitad de equipos de la 1ª división tendrán que luchar lo indecible para salvar la categoría, y cierto que lo que hoy parece de color de rosas mañana puede estar al borde del descenso. Pero si algo puede resaltarse de una liga cuyo campeón ya está decidido al 50% es la enorme capacidad demostrada por el R.C.D. Mallorca para sobrevivir a las penurias económicas y hacer de la escasez una virtud.

Inmerso en un proceso de Ley Concursal, con un nivel de deuda a corto y medio plazo que ha impedido su participación en la Europa League y con un constante ir y venir de presidentes, propietarios y consejeros delegados, el equipo que dirige Michael Laudrup parece vivir al margen de la inestabilidad. Su último partido en el Bernabéu sirvió de escaparate perfecto para unos jugadores que no han dejado de dar ejemplo desde la temporada pasada, cuando pese a no cobrar numerosas mensualidades de su sueldo, pelearon hasta el último minuto de la liga por meterse en la mayor competición de Europa a nivel de clubes. Rodri, un canterano del Sevilla FC, acabó con las esperanzas del conjunto isleño, que veía en la Liga de Campeones una tabla de salvación económica. Un Rodri que sólo ha contado con 13 minutos en la temporada actual.

La marcha de Gregorio Manzano del banquillo mallorquín parecía una tragedia. El que aparecía como artífice del “milagro” de llevar a una plantilla limitada y sin cobrar al 5º puesto, marchaba ante la imposibilidad por parte del club de mantener su millonario caché, que lejos de plantear una reducción de su sueldo, aún continúa reclamando el pago de algunas de las cuantiosas primas que aparecían en su contrato. Laudrup, de quien en Getafe no se tiene un especial recuerdo pese a haber llegado a 1/4 de final de Copa de la UEFA y a la final de la Copa del Rey en el mismo año, fue el elegido para comenzar la renovación de la plantilla.Su efímero paso por el fútbol ruso tampoco parecía halagüeño.

La renovación parecía traumática. Aduriz, Borja Valero, Mario Suárez o Mattioni, pilares del equipo en la 2009/2010, causaban baja, y el gasto para nuevas incorporaciones era inexistente. Soluciones: imaginación y cantera. Dos brasileños desconocidos recomendados por Rivaldo, Joao Víctor y Ratinho, junto a una promesa del fútbol holandés que parecía estancada y sin equipo, Jonathan de Guzmán, fueron las incorporaciones más destacadas, junto a la del argentino Cavenaghi, quien con el tiempo ha confirmado la cuesta abajo en la que se ha convertido su carrera desde hace años. La continuidad de jugadores clave como Aouate, Ramis, Castro y por encima de todos Nunes, fue complementada con la aparición de canteranos como Pau Cendrós, Nsué o Kevin, y una de las revelaciones de la liga, Michael Pereira, fichado de un tercera francés hace dos años y que es el máximo goleador del equipo.

Entrenador nuevo y plantilla nueva, seguramente inferior a la del pasado año, pero un rendimiento sobresaliente que mantiene al club a las puertas de jugar la competición en la que la UEFA le impidió participar este año, la Europa League. Lejos de echar de menos entrenadores y jugadores pasados, el Real Mallorca sigue dando la cara y reinventándose.