Es irónico. En septiembre comenzaba esta andadura, con la final de Roma como colofón. Pero, por distintos motivos, no he podido dedicar el tiempo que merecía el acontecimiento que vivimos el miércoles. Seguramente, junto a la final de un mundial de fútbol y la apertura de unos Juegos Olímpicos, el mayor espectáculo deportivo del mundo.
La noche del miércoles fue épica. Una ciudad que respira fútbol, un escenario mágico, y toda el aura de magnificencia que desprende Roma. Sólo escribir su nombre o pronunciarlo da respeto. Pero no caeremos en el saco de tópicos y juegos de palabras manidos que se han estado haciendo últimamente desde todos los medios. “Batalla”, “gladiadores”, “emperadores”, etcétera . Todo muy visto, un ejemplo más de la escasa imaginación presente en nuestras radios y televisiones. Pero vayamos a lo importante.
En el once inicial que dispuso Guardiola sobre el terreno de juego, tan sólo había dos jugadores nuevos con respecto a la plantilla del año pasado. Curiosamente, dos salidos de la cantera: Piqué y Busquets. De una moción de censura al presidente con un apoyo del 60% de los socios, al triplete. De una plantilla descosida a una piña. Todo gracias a Pep. El alumno aventajado de Cruyff se ha comido a su maestro en 10 meses. Ha perdido pelo, kilos y seguramente algún añito que otro por los nervios, pero se ha ganado el respeto de absolutamente todo el mundo que participa en el circo del fútbol.
El trabajo en silencio y la humildad dan sus frutos. De ahí que, quienes ahora intentan subsanar errores de base a golpe de talonario, lo vayan a tener muy complicado. Porque el amor y el respeto a un escudo no se compra, como tampoco la humildad y el trabajo en equipo. La verdad, no me imagino a los jugadores de cualquier otro equipo español cantando el himno de su club como lo hacían los del Barça, tanto canteranos como foráneos.
Si bien se acerca mucho a la perfección, el Barcelona aún tiene que pulir algunos detalles. Chirrían el lateral izquierdo y el fondo de armario. Y no vendría mal un portero de garantías. Todo hace indicar que Eto´o ha acabado su exitoso ciclo en Barcelona, y lo hará con la sensación de no haberse ganado al público pese a sus estratosféricos números. ¿Y a Pep? ¿Se le exigirá una temporada como ésta? Tanto la afición como el famoso entorno culé deberían entender que<, hasta ahora, nadie había logrado algo así en España, por lo que exigir a estos jugadores y a ese cuerpo técnico algo similar sería algo descabellado.
A los que sólo nos gusta ver cómo juegan, nos conformaríamos con que sigan con la misma filosofía. No traicionen su estilo. No traicionen el vestuario, y no traicionen la confianza de su entrenador. Queremos seguir disfrutando.
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El vídeo que Pep puso antes de la final a sus jugadores.
Andrea Bocelli y la entrada de los jugadores.
Los goles en Canal + .
1 comentarios:
Rumbo a Johannesburgo? o directamente al Cuernabéu?
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